Hace 50 años se fundaba, en el pequeño pueblo de Sant Boi, una iglesia evangélica. Esto hoy puede resultar algo pequeño, casi anecdótico, pero lo cierto es que suponía toda una revolución para una época donde el franquismo aún daba sus últimos coletazos. La iglesia evangélica se situaba en la calle hoy llamada Llibertat, como si de una declaración de intenciones se tratara. Cincuenta años después, esa iglesia sigue en el mismo lugar. Con un local más grande, con una comunidad mucho más numerosa, pero en el mismo lugar. Con personas diferentes pero con un mismo objetivo que medio siglo atrás: traer esperanza a Sant Boi con el mensaje de Jesús.
El último fin de semana de abril, la comunidad evangélica más antigua de Sant Boi quiso celebrar con todos los vecinos del barrio su aniversario. Para ello llevaron a cabo una serie de actividades, todas ellas con una gran asistencia y participación por parte de todos los vecinos y vecinas.
El sábado por la mañana las actividades estuvieron enfocadas a las familias. Niños y niñas pudieron disfrutar de actividades de experimentación, pintacaras e hinchables y de una celebración colectiva en la que, mayores y pequeños, pudieron bailar al son de la música. Por la tarde la plaza de las Pirámides se llenó para disfrutar de una gran xocolatada popular que hizo las delicias de niños y mayores.
Las sillas en el centro de la plaza se fueron llenando, poco a poco, de vecinos y vecinas dispuestas a disfrutar de un fabuloso concierto de música gospel con el coro Gospel Tic. Antes de la celebración, el pastor de la iglesia, Rubén Miyar, invitó a Lluïsa Moret a decir unas palabras. La alcaldesa destacó en su discurso el carácter solidario de la iglesia y su labor social en la ciudad de Sant Boi y la necesidad de la localidad en contar con una iglesia como la església evangèlica Llibertat.
El domingo tuvo lugar el ya tradicional encuentro unido de las iglesias evangélicas de Sant Boi. Allí, las distintas comunidades se unen para celebrar un encuentro al aire libre, para dar a conocer así, su mensaje. En esta ocasión, las sillas no fueron suficientes y muchas personas presenciaron el evento en pie o desde las gradas de la plaza.
