Cada domingo, de doce a una. Los niños y niñas se levantan y abandonan sus asientos. Dejan los bancos un poco desnudos, en silencio. Los padres se despiden, les besan. Quizás les recuerden que deben subir su Biblia, quizás no. El ruido de los más de setenta que suben, entre carreras y tropiezos, a la tercera planta de la iglesia. La planta de la Escuela dominical. Algunos maestros los esperan ya en las aulas. Otros se abren camino, entre los pequeños, para abrirlas. La emoción del encuentro. Las noticias de lo cotidiano. Las historias bíblicas por descubrir. Las canciones. La risa y el juego, ensordecedor a veces. El silencio contenido en la oración. El dibujo o el teatro. Todo tiene cabida en esas aulas que se quedaron pequeñas hace ya algunos años.
El equipo de maestros trabaja, domingo tras domingo, para que los niños y las niñas descubran el mensaje de la Biblia de una forma significativa y viva. Una vez al mes, además, un equipo de talleristas sube para aportar una perspectiva diferente usando herramientas como el teatro, el arte, la música, el juego, la danza o el compartir un tiempo con las familias.
Y es que desde la iglesia nos enfrentamos al reto de presentarnos ante los niños y las niñas, de nuestra comunidad, para acompañarlos, para guiarlos y presentarles el mensaje de Jesús. Pero, ¿es realmente necesario enseñar a los niños de la Biblia? ¿Necesita la infancia del mensaje de salvación? Nosotros creemos firmemente que sí. La iglesia debe ser, en este sentido, un apoyo para los padres y madres en la educación espiritual de sus hijos e hijas y así lo entendemos en la iglesia evangélica Llibertat.
¿Cómo resumir este curso que ya ha llegado a su fin? Las imágenes dicen lo que las palabras no pueden alcanzar a expresar. Sin duda no podemos hacer otra cosa que agradecer públicamente al equipo de personas que trabaja duro para que las clases dominicales sean posible de forma voluntaria. Gracias a las familias por su confianza y apoyo. Gracias a los niños y a las niñas por emocionarnos con sus descubrimientos y por permitirnos acompañarlos en su crecimiento. Y gracias, ante todo, a Dios por darnos el privilegio de servirle.

https://youtu.be/cbzmxHcnO-o

https://youtu.be/B02cjfrt4W0